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Las campanas doblaron,
por doscientos lamentos,
por palabras no dichas,
por besos no devueltos.
Por las vidas truncadas
en su mejor momento.
Y entonces las campanas
lloraron en silencio…
Por los que preguntaban,
¿por qué me hicieron esto…?
¡Cuantas vidas segadas,
en este, mejor tiempo!
Cuanta ilusión perdida,
en tan pequeño tiempo…
Cuantas madres llorando,
sin siquiera poder
abrazarse a los cuerpos…
que un día fueron fruto,
de un amor, casi eterno.
Y hoy doblan las campanas,
por amores deshechos,
por vidas no vividas,
por besos no devueltos.
Y lloran de vergüenza
por los cientos de muertos.11-marzo-2004
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