jueves, 12 de junio de 2008




En esos campos de sol
donde crece la amapola,
mi amor se quedó olvidado,
escondido en una fosa.

Su nombre, en aquel trigal,
se perdió en la triste aurora,
cuando mi hombre…dio su sangre
para teñir amapolas.

Las lágrimas que brotaron,
en esa noche horrorosa,
Son hoy, las luces que veo,
brillar desde nuestra alcoba.

Cuando sola... miro al cielo
preguntándome ¿por qué...
se tuvieron que teñir
de rojo, las amapolas?

1 comentario:

SaiZa dijo...

Querida Carmina, ya hechaba de menos tus lindas poesías, que arrancan emociones y sentimientos. Que gozada disfrutar de tu Memoria y tu calidez para escribir algo tan doloroso. Un besazo!