viernes, 10 de octubre de 2008


Me mira y se esconde,
me lanza destellos,
intenta burlarme,
con pueriles quiebros.
Es como un poema
que suave aletea
en el pensamiento.

Es pequeña y blanca,
igual que un lucero.
Y su frágil cuerpo,
lo cubre, el más fino polvo,
de viejas estrellas,
que lucen de noche,
en el firmamento.

Tu vida es tan corta,
que casi da miedo.
Pero a cambio de ello
juegas con el tiempo
y este, es tan vivo,
tan vivo e intenso,
que haces en minutos,
lo que otros logran
al hacerse viejos.

No sé, si eres un hada,
o solo un espectro…
Me gusta mirarte…
y soñar en verso,
Pensando que eres,
un bello regalo
que viene del Cielo.


(a una mariposita que me visitó en mi cocina. 3-10-08)