jueves, 7 de agosto de 2008



Se sintió muy perdida,
la sirena varada…

Se sintió triste y sola,
cuando tú te marchabas..
Ella, sólo tenía
ganas de ser amada.
Pero tú, la dejaste,
llena de espuma blanca...

Vinieron los tritones,
-queriendo consolarla-
las medusas hicieron,
sus noches, aún más blancas.

Caballitos curiosos,
subieron a mirarla.
Y millones de peces
trataron de alegrarla...

Pero la sirenita
quiso seguir varada.
Esperaba el amor,
y éste se le escapaba...

A pesar de sus dones,
no encontró las palabras,
que le hiciesen volver,
para tan sólo amarla.


Y siguiendo el ritmo,
de noches estrelladas,
se durmió en la esperanza,
de su amor, que se fue…

y que cuando volvió,
sólo encontró una estatua.

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