sábado, 3 de mayo de 2008




Se oyen murmullos de voces quebradas,
se escucha algún rezo empapado en lágrimas.
Las más de las veces, se oyen consignas
como viejos mantras…
que ocultan el miedo que aflora en el alma.

Cuando los portones se abren al alba,
un mundo.., de cerrados puños,
gritan en la noche: ¡Salud Camaradas!

La cuerda de presos, mueve vacilante
sus torpes pisadas…
Abriendo los ojos…, incrédulos miran
su última mañana..

Llenan los pulmones, del aire viciado
que ahora.., les espanta…
Y atrapan con ansia
los suaves olores de la madrugada..

Cuando las descargas
rompen el silencio.
Hoy, y como siempre,
corren las mujeres,.. van hacia la tapia..,
para ver si aún pueden.., recoger al menos,
su última mirada.-

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