viernes, 9 de mayo de 2008



Vamos del pueblo, Manuel,
vamonos pasado un día,
a ver, si en otro lugar,
nos acompañan las risas...
y empezamos a vivir,
nuestras vidas, no vividas.

No ha podido ser Manuel…
Tu ilusión quedó en la mina,
y nuestras vidas, sin ti
ya no pueden ser las mismas.

Cinco hijos yo te dí,
y te llevaste a la niña…

Y con estas dos ausencias,
que amarga fue, ya mi vida.
Pues ya, no tuve a mi hombre,
y nunca tuve a mi hija.

Y los hijos que quedaron,
se creyeron que podrían,
cambiar la suerte de tantos…
que dieron hasta su vida.

Ay Manuel, ¿qué hemos hecho?
¿Para qué tantas fatigas?

Tantos llantos, tantos rezos…
si al final de nuestras vidas,
la suerte paso de largo,
y no nos dejó sus risas.


10-05-2005

1 comentario:

SYR Malvís dijo...

Tu suerte no pasó de largo, Carmina, sino que llegando hasta desconocidos anidó en sus corazones, con lo que tuvimos la ocasión y la suerte de conocer tu alma sensible y ayudarnos a vivir aún en momentos sin risa.

Tengo suerte de que alguien me hablara de tí.

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